En los últimos años, Sony ha intentado impulsar cada vez más títulos como servicio, pero no todos han logrado consolidarse. Uno de los juegos que se puso bajo la lupa es Midnight Murder Club, desarrollado por Velan Studios y lanzado oficialmente el 14 de agosto de 2025 en PC y PlayStation 5. Desde su anuncio, este peculiar shooter competitivo con tintes de terror y comedia llamó la atención por su propuesta diferente, aunque su estreno también reveló varias debilidades que le han impedido crecer como sus creadores esperaban.

A primera vista, Midnight Murder Club parece un simple party shooter: hasta 12 jugadores se enfrentan dentro de Wormwood Manor, una mansión oscura y laberíntica, con un revólver de seis balas y una linterna como únicas herramientas. El giro está en que la linterna no solo ilumina, también te convierte en un blanco fácil, pues revela tu posición a los rivales. Esto obliga a depender de los sonidos, de la intuición y de un uso medido de la luz para sobrevivir. El concepto es llamativo porque combina tensión y humor absurdo en partes iguales, pero esa misma fórmula también ha demostrado no ser tan accesible para quienes apenas empiezan.

La mecánica central se complementa con distintos modos de juego. Están los clásicos Free-for-All y Team Deathmatch, centrados en acumular bajas, pero la mayor novedad llega con Wildcard, el modo estrella en el que entran en juego cartas capaces de alterar por completo las reglas de cada partida. Estas cartas pueden hacer que un jugador se encoja al recibir daño, que todos dejen rastros luminosos al moverse o que caigan candelabros incendiando pasillos, lo que convierte cada ronda en un espectáculo impredecible y, en muchas ocasiones, muy gracioso. También existe Noche en el Cementerio (Graveyard Shift), un modo cooperativo en el que dos jugadores buscan reliquias malditas mientras enfrentan oleadas de criaturas, además de otros como Thief in the Night o Headhunters, que diversifican la experiencia.

En cuanto a la jugabilidad, los controles responden bien y los disparos se sienten precisos, pero surgen problemas cuando se juega más tiempo. Por ejemplo, mantener encendida la linterna activa un minimapa que facilita demasiado las cosas, lo que contradice uno de los pilares del juego: aprender a moverse en la oscuridad y confiar en la conciencia situacional. Además, no existe un tutorial claro que enseñe a los nuevos jugadores a adaptarse a la dinámica. Esto significa que, en muchos casos, la única forma de aprender es literalmente “tropezar en la oscuridad” en varias partidas, lo cual desanima a más de uno.

A esto se suma el mayor obstáculo: la baja cantidad de jugadores activos. Según cifras de SteamDB, Midnight Murder Club apenas ha alcanzado picos de poco más de 200 jugadores concurrentes, lo que se traduce en colas de emparejamiento de varios minutos y partidas inconsistentes. En un género tan saturado de shooters multijugador, donde los títulos free-to-play dominan, esta limitación le pasa factura. De hecho, hoy en día la mejor forma de disfrutarlo es reuniendo a cinco amigos para aprovechar la gran jugada de Velan Studios: el Visitor Pass, que permite que un solo jugador que compre el título invite a otros cinco sin necesidad de que lo adquieran.

En el apartado audiovisual, Midnight Murder Club cumple con creces. El estilo gráfico mezcla la estética de un baile de máscaras con influencias del cine noir de los años 50, creando un ambiente elegante y sombrío. La iluminación dinámica y los efectos de luz, como un gigantesco disco de espejos o candelabros cayendo en llamas, aportan un toque espectacular. El diseño sonoro también brilla: pasos, puertas que se abren, crujidos de escaleras y disparos le dan una inmersión especial, reemplazando la ausencia de una banda sonora tradicional y convirtiendo el oído en la herramienta más útil del jugador.

Sin embargo, los problemas de accesibilidad y la falta de jugadores amplifican sus carencias. Aunque su propuesta es fresca, divertida y diferente a otros shooters, la falta de tutorial, la poca profundidad de algunos modos PvE y su naturaleza de pago en un mercado dominado por el free-to-play limitan su crecimiento. A día de hoy, Midnight Murder Club se siente más como una buena idea en búsqueda de una comunidad estable que como un título listo para competir con los grandes nombres del género.

En conclusión, Midnight Murder Club es un juego con personalidad propia, que apuesta por una mezcla de terror, comedia y acción multijugador como pocos se atreven a hacer. Ofrece momentos memorables, sobre todo si se juega con amigos, y tiene mecánicas ingeniosas que pueden arrancar carcajadas en medio de la tensión. No obstante, sufre de problemas estructurales que han frenado su éxito, desde la falta de accesibilidad hasta una base de jugadores demasiado pequeña. Tal vez, con futuras actualizaciones y un empuje más fuerte, logre despegar. Por ahora, brilla como la tenue luz de su linterna: atractivo, distinto, pero aún demasiado frágil.

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