Hideo Kojima es, sin lugar a dudas, uno de los mayores visionarios de la industria de los videojuegos. Desde clásicos como Metal Gear Solid, pasando por Policenauts, hasta el enigmático P.T. y el cancelado Silent Hills, si un proyecto lleva su nombre, podemos estar seguros de que ofrecerá una experiencia sin igual. Sin embargo, su trabajo no es para todos. Por cada admirador, hay otra persona que simplemente no logra conectar con sus obras, y esta división se hizo especialmente evidente con el lanzamiento de Death Stranding en 2019. Aunque aclamado por muchos por su audacia y originalidad, algunos jugadores encontraron su mundo virtual hostil y sus controles poco ortodoxos. Afortunadamente, la recepción general fue positiva, abriendo el camino para una secuela que llega en un momento donde el mensaje de unidad es más necesario que nunca.

Anunciado hace más de un año, Death Stranding 2: On the Beach no solo se posiciona como una de las grandes exclusivas de PlayStation 5 para el 2025, sino que aterriza con la difícil tarea de evolucionar sus sistemas, expandir su compleja historia y, sobre todo, generar un impacto similar al de su predecesor, un objetivo que muchos consideraban casi imposible. ¿Logra Death Stranding 2: On the Beach ser la obra maestra que muchos esperan? ¿Cuánto mejora esta secuela en comparación con el título de 2019? Acompáñanos en este análisis definitivo.

Un Viaje Inolvidable a la Mente de Kojima: Narrativa Profunda y Temas Cruciales

Semen de ornitorrinco, un cráneo asesino gigante y aceitoso, un maniquí de pruebas de choque parlante, una marioneta sumergiéndose en aguas termales, los pezones de Norman Reedus… No, no son divagaciones forzadas; son solo una mínima parte de las excentricidades que Death Stranding 2: On the Beach nos arroja. Sin embargo, sería simplista descartar el trabajo de Hideo Kojima como meros actos de rareza. Debemos celebrar esta desbordante creatividad y emocionarnos al ver algo tan dispuesto a mostrarnos cosas que jamás hubiéramos imaginado. Death Stranding 2 se erige como un logro todopoderoso: una combinación triunfal de narrativa de ciencia ficción compleja y acción sigilosa emocionante y evolucionada, que construye de manera impresionante sobre los cimientos experimentales de su predecesor. Es hermoso, aterrador, matizado y, crucialmente, muy divertido. En pocas palabras, es todo lo que esperábamos que Death Stranding fuera.

La narrativa de On the Beach va mucho más allá de los eventos superficiales. El mundo creado por Kojima es inmenso y se puede disfrutar de múltiples maneras. Aquellos que buscan un conflicto a gran escala, donde el destino del mundo pende de un hilo, disfrutarán la misión para detener a Higgs. Por otro lado, quienes buscan algo más personal se enfocarán en cómo Sam Porter Bridges enfrenta una situación traumática. Incluso es posible encontrar una relación directa entre los eventos del juego y la situación actual del mundo real. Esto, entre otras cosas, convierte a Death Stranding 2: On the Beach en una de las experiencias más cautivadoras de este año.

La historia se sitúa 11 meses después del primer juego. Sam y Lou intentan llevar una vida tranquila en el sur de Estados Unidos, pero una visita inesperada de Fragile obliga a Sam a volver a su papel de portador. Su nueva misión: reconectar partes de México y, eventualmente, Australia. El viaje es largo y lleno de desafíos para el elenco principal, con el regreso inesperado de Higgs y el surgimiento de un nuevo grupo terrorista que complican aún más la misión.

Temas y Reflexiones: Más Allá de la Ciencia Ficción

Al igual que su predecesor, Death Stranding 2: On the Beach es un título denso en significado. La misión de reconectar el mundo no solo busca reconstruir una sociedad fracturada, sino que sirve como punto de partida para explorar aspectos como el impacto de la inteligencia artificial y el peligro del armamentismo. El juego no olvida sus raíces de ciencia ficción, introduciendo conceptos y personajes únicos como Rainy, una joven con la capacidad de sanar con una lluvia especial, una idea que solo la mente de Kojima podría concebir.

El trabajo de Kojima Productions camina por una delgada línea entre estilo y substancia. En un instante, nos encontramos en un combate contra un personaje idéntico a Solid Snake en un México en llamas, y al siguiente, inmersos en una conversación profunda sobre el trauma de Sam. Para algunos, esta ambición narrativa, que a veces prioriza el conflicto a gran escala sobre el desarrollo personal de Sam, puede diluir la experiencia. Aunque Sam es el protagonista, a menudo sirve como un vehículo para que la historia se enfoque en el vasto elenco de personajes, nuevos y antiguos.

Si bien hay momentos que brillan por su enfoque en los personajes, la secuela a menudo se inclina por la exposición, explicando en detalle cada aspecto de su mundo, lo que puede restar misterio. A lo largo de sus aproximadamente 70 horas de duración, la gran cantidad de diálogo explicativo puede hacer que los jugadores pierdan el hilo de los detalles más valiosos. Sin embargo, el Corpus de Death Stranding 2 (un glosario similar a la Historia del Tiempo Activo de Final Fantasy XVI) es una herramienta útil para ponerse al día con la terminología.

Un Ritmo Mejorado y Misiones Cautivadoras

Uno de los avances más importantes en Death Stranding 2: On the Beach es su ritmo. Aunque es un juego de mundo abierto que permite ignorar la campaña principal durante horas para completar misiones opcionales, la secuela tiene una estructura más pulida que mantiene al jugador enganchado a las tareas obligatorias. Cada objetivo va más allá de una simple entrega, presentando constantemente metas entretenidas que exploran el mundo y sus personajes, evitando ser meros tutoriales.

Las tareas opcionales nos introducen a un elenco secundario carismático que, con pocas líneas de diálogo, logra expresar una identidad única. Algunas de estas misiones desbloquean objetivos especiales que profundizan en diferentes aspectos del mundo y crean momentos memorables, como rescatar a un pizzero de los secuaces de Higgs, una secuencia que nadie debería ignorar. Estos detalles insuflan vida al mundo virtual, incitando al jugador a explorar cada rincón de México y Australia.

La columna vertebral de la narrativa reside en Sam y Fragile. Ambos cargan con sus propios demonios, y el viaje intercontinental no solo busca solucionar la situación del mundo, sino que también les ayuda a superar sus traumas. Además, el juego permite al jugador forjar su propia historia, donde atravesar terrenos complicados, escalar montañas imposibles o infiltrarse en campamentos enemigos sin ser detectado se convierten en recuerdos inolvidables.

Un Comentario Político y Social Relevante

Como toda obra de Kojima, Death Stranding 2: On the Beach contiene un mensaje político intrínseco. Desarrollado durante la pandemia, el diseñador utiliza este espacio para explorar la forma en que la sociedad debe reunirse después de años de aislamiento. Temas como el uso de la inteligencia artificial para reemplazar el trabajo humano y la obsesión global por el armamentismo (reflejada en Higgs) están presentes a lo largo de la aventura. Además, el clima extremo de Australia es una clara referencia al cambio climático.

Death Stranding 2: On the Beach ofrece algo para todos. Aunque una aventura más enfocada en el conflicto interno de Sam y Fragile hubiera sido bienvenida, la forma en que la secuela expande su mundo es innegablemente entretenida. Los personajes, tanto nuevos como recurrentes, son entrañables. Recorrer México y Australia y conocer a su extravagante elenco secundario es una recompensa en sí misma. La secuela corrige algunos problemas del original, pero mantiene sus puntos más controversiales. Para algunos, las peculiaridades de Kojima pueden ser excesivas, pero otros las ven como parte de una identidad única, una voz que lucha por destacar en una industria que, al parecer, cada vez le da menos espacio a las mentes creativas.

Un Mundo Sin Igual: La Excelencia Visual y Sonora

Death Stranding 2: On the Beach es, sin duda, uno de los juegos más impresionantes de PlayStation 5. Kojima Productions ha demostrado, una vez más, su dominio del Decima Engine. El resultado final es una experiencia visual espectacular que roza el fotorrealismo, sin abandonar los elementos de ciencia ficción que le otorgan una identidad única. La tecnología de captura de movimiento recrea a los actores de forma digital impresionante, superando el «valle inquietante» y presentándonos representaciones fieles de Norman Reedus, Léa Seydoux, Elle Fanning, George Miller y Luca Marinelli.

Desde el primer instante, la secuela deja claro que es una experiencia de la actual generación. La introducción parece un documental de National Geographic, y la primera vista del terreno montañoso de México es inolvidable. Una vez en Australia, el mapa despliega una variedad de terrenos, cada uno tan sorprendente como el anterior: desiertos que dan paso a valles llenos de vida, planicies áridas bajo un sol abrasador, y montañas nevadas que ciegan al jugador.

Australia y México son bellísimos. La ausencia de la huella humana permite que los pequeños asentamientos destaquen. El juego cuenta con una distancia de dibujo impresionante, permitiéndote ver enormes edificios a kilómetros de distancia, incluso si nunca los podrás alcanzar. Este sentimiento se intensifica por la noche, donde la luna y la linterna de Sam son nuestra única guía. Las nuevas catástrofes ambientales, como tormentas de arena, ventiscas e incendios forestales, bloquean la visión y transforman el paisaje en una paleta monocromática que subraya el peligro inminente.

La dirección de arte de Yoji Shinkawa es excepcional, con nuevos diseños de personajes que resaltan de inmediato. Un detalle fascinante es cómo la máscara de Higgs cambia de expresión con cada toma. Las nuevas ideas también brillan, como los Watcher, un tipo de BT que puede ver al jugador, aumentando la tensión, o los Ghosts Mech, robots que atacan con un gran arsenal. Dollman, la marioneta que acompaña a Sam, se mueve de manera similar a una animación stop-motion, y Tomorrow transita de la belleza de la juventud a un poder terrible al sumergirse en el alquitrán. Neil Vana, con su parecido a Solid Snake, es un claro homenaje a otras obras de Kojima.

El mundo presentado por Kojima Productions es espectacular y visualmente incomparable. Aunque el título ofrece mejoras para la PlayStation 5 Pro, los usuarios de la versión base de la consola disfrutarán de una experiencia de primer nivel, con dos modos de visualización, un mundo libre de bugs y un rendimiento impecable. El estudio demuestra un dominio absoluto del Decima Engine, creando ambientes que se sienten reales pero que desbordan creatividad. En definitiva, es uno de los mejores trabajos visuales de esta generación.

El Soundtrack del Postapocalipsis: Inmersión Sonora

El apartado sonoro es clave para la identidad de Death Stranding 2: On the Beach. Además de las actuaciones de primer nivel, el título presenta un soundtrack cuidadosamente curado por su director. Cada canción no es solo un fondo musical, sino que se utiliza estratégicamente para transmitir un sentimiento específico a lo largo de la aventura.

Las actuaciones de voz son sobresalientes. Norman Reedus, aunque con menos diálogo, destaca por sus gruñidos y expresiones que reflejan perfectamente la situación de Sam, quien actúa como un intermediario para el jugador. Léa Seydoux con su hermoso tono de voz, es capaz de transmitir un peso emocional inmenso. Dollman, interpretado por Jonathan Roumie, se convierte en el mejor amigo de Sam, ofreciéndole el apoyo necesario. Jesse Corti como Deadman (parecido a Guillermo del Toro), Elle Fanning como Tomorrow y Shioli Kutsuna como Rainy, completan un elenco estelar. Troy Baker brilla una vez más como Higgs, disfrutando claramente de su papel y demostrando por qué es uno de los actores más aclamados de la industria.

La mayor parte del tiempo, Death Stranding 2: On the Beach es una experiencia introspectiva, donde el sonido del motor de los vehículos, la opresión de la lluvia y las pisadas de Sam en diferentes superficies son nuestros principales acompañantes. El diseño sonoro es fenomenal, sumergiéndonos en un mundo único y realista. Las interrupciones musicales, usualmente ligadas a misiones principales, resaltan aún más.

Con bandas como Low Roar, Silent Poets, Caroline Polachek, Magnolian, Hania Rani, Daichi Miura y Gen Hoshino, el soundtrack de la secuela se integra perfectamente en cada momento. Al atravesar un desierto en una tormenta de arena, el ruido ambiente disminuye y una melodía motivadora te impulsa hacia adelante. Por un instante, el juego deja de ser una misión para conectar Australia y detener terroristas, transformándose en una experiencia introspectiva, donde te fusionas con el control y solo importa tu movimiento a través del mundo virtual. Hideo Kojima utiliza la música de una forma que solo alguien con un amor profundo por este medio puede lograr, creando una conexión con el mundo virtual que es casi imposible de encontrar en otro juego.

El Sísifo Moderno: Gameplay Evolucionado y la Fuerza de la Colaboración

El gameplay de Death Stranding fue polarizante. A pesar de promover la unión, su diseño hostil y su multijugador asincrónico dividieron a la audiencia en 2019. Estos elementos se mantienen en la secuela, pero con mejoras clave en el combate y el sigilo, sin perder de vista el elemento más importante: la ayuda.

Death Stranding 2: On the Beach es una experiencia sin igual. Aunque contiene elementos de sigilo y acción (infiltración en bases enemigas, enfrentamientos con monstruos), el foco principal sigue siendo la travesía por México y Australia. A diferencia de otros juegos de mundo abierto como Breath of the Wild o The Witcher III, aquí, acciones sencillas como escalar o cruzar un río se convierten en grandes desafíos en las primeras horas.

La secuela no cambia drásticamente la fórmula. La misión de reconectar México y Australia implica llevar paquetes a diferentes bases, ya sea caminando o en vehículos como camiones y motos. Cada orden varía sustancialmente: medicinas frágiles a la humedad, químicos explosivos, o incluso personas. La belleza de este ciclo de juego radica en el balance, no solo en mantener a Sam en pie, sino en maximizar las entregas.

Cada viaje exige preparación. El mundo de Death Stranding 2: On the Beach es hostil por diseño. Caminos traicioneros, riscos que obligan a usar escaleras y cuerdas, zonas de BT y campamentos terroristas pondrán a prueba tus habilidades. Incluso con un vehículo, el terreno no es indulgente, y nada garantiza que llegarás con la carga intacta.

Afortunadamente, Sam cuenta con equipo que facilita la tarea, como un exoesqueleto que mejora el balance y la capacidad de carga. Herramientas como escaleras sirven para escalar o cruzar ríos. Además del mapa 3D con topografía detallada, la secuela introduce el sistema APAS, una inteligencia artificial que ayuda a trazar la mejor ruta y proporciona habilidades pasivas que mejoran vehículos o la puntería.

El objetivo es siempre encontrar la mejor forma de entregar los paquetes. Es fácil sobrecargar a Sam, lo que reduce su velocidad, consume estamina y afecta su balance. Para evitar caídas, el juego te pide usar los gatillos del control para nivelar la carga. El equipo y las mejoras de APAS alivian el peso del mundo sobre nuestros hombros. Al completar encargos, las estadísticas de Sam mejoran automáticamente según lo usado en la misión, y se ofrecen aumentos en cinco áreas específicas que desbloquean más funciones para el sistema APAS. Aunque el sistema de progresión puede sentirse arbitrario a veces, la cantidad de herramientas y opciones es un gran alivio.

Death Stranding 2: On the Beach no cambia drásticamente la fórmula de 2019, pero se enfoca en ofrecer más herramientas al jugador para enfrentar el mundo hostil. Sin embargo, esto no significa una vida fácil. Se introducen catástrofes aleatorias como terremotos, diluvios e incendios forestales que pueden cambiar tu ruta y terminar una misión. Australia también presenta nuevas criaturas como murciélagos, arañas, cucarachas y serpientes chiral que atacan a Sam y dañan su equipo. Si la dificultad es demasiada, el DHV Magellan, un submarino que funciona como base de operaciones, permite un viaje rápido para Sam y sus paquetes.

Si el ambiente no te mata, los enemigos lo harán. Death Stranding 2: On the Beach pone un mayor énfasis en el combate, sin convertir el juego en un título de acción puro. Encontrarás bases terroristas a lo largo de México y Australia, que van desde enemigos con bastones eléctricos hasta grupos armados. El juego ofrece un arsenal variado: metralletas, escopetas, granadas y un rifle de francotirador silenciado ideal para el sigilo. La IA perdona muchos errores en dificultad normal, pero para un mayor reto, la dificultad más alta pondrá a prueba tus habilidades.

Los BT también están de regreso, representando los mayores desafíos. Estas entidades de la playa se ubican en puntos clave. Aunque puedes eludirlos sigilosamente (aguantando la respiración, lo que consume estamina) o enfrentarlos con balas y granadas de sangre, a menudo es mejor ignorarlos. La secuela introduce dos nuevos tipos de BT: los Watcher, que pueden verte, aumentando la tensión; y los Ghosts Mech, robots que atacan con un gran arsenal.

El juego también presenta peleas contra jefes. Los enfrentamientos contra Neil Vana (humanos) transportan a Sam a una zona de guerra, que, aunque no son extremadamente desafiantes en términos de shooter, compensan con un diseño de niveles que te hace sentir en una persecución constante. En el caso de los BT, las enormes criaturas de alquitrán regresan con enfrentamientos brutales. Cada una de estas secciones es un espectáculo donde combate, historia, visuales, actuaciones y música se combinan para crear momentos memorables.

Death Stranding 2: On the Beach es una secuela completa que expande todo lo que funcionó en 2019. Aunque el diseño de su mundo y el funcionamiento de los enemigos son básicamente los mismos, ofrece muchas más herramientas para superar cada reto, incentivando la exploración y la completación de misiones. La mayor cantidad de opciones hace que la experiencia sea menos hostil, permitiendo a los jugadores abordar los desafíos de diversas maneras, lo que se alinea con la filosofía de los juegos de mundo abierto. Y si esto no es suficiente, la ayuda siempre está al alcance.

Looking for the Helpers: La Conectividad Asincrónica en su Máxima Expresión

Death Stranding 2: On the Beach presenta un modo multijugador, pero no en el sentido tradicional. No hay reuniones con amigos ni modos PvP. Al igual que su predecesor, la secuela utiliza un modo asincrónico donde todos los jugadores comparten el mismo espacio virtual. Gracias a la colaboración, podemos reconstruir este mundo roto. Eventualmente, tu mentalidad cambia: ya no juegas solo para ti, sino para todos. El mensaje de unidad cobra fuerza, y el trabajo de Hideo Kojima, más que un videojuego, se transforma en un experimento social que demuestra el poder de la ayuda mutua.

Cada vez que llegas a una nueva zona, estás solo. Tu tarea es encontrar el camino a una base, escapar de los BT y escalar la montaña frente a ti. Sin embargo, una vez que logras conectar una ubicación, el mundo cobra vida de una forma única. De repente, los casilleros se llenan de equipo útil para tu siguiente objetivo, y encuentras paquetes perdidos que alguien espera que tú (u otro jugador real) entregues. Los caminos hostiles ahora tienen hologramas que indican rutas seguras, escaleras que ayudan a cruzar ríos, y camiones y motos abandonados para que otros los usen. El juego cuenta con un complejo sistema de construcción que te permite colocar estructuras para recorrer el mundo de forma rápida y segura, extendiéndose incluso a la posibilidad de construir un monorraíl electrificado de seis vagones en colaboración con la comunidad online. Este sistema es el corazón palpitante del juego, demostrando cómo la colaboración, incluso sin interacción directa, puede transformar un mundo hostil en un espacio de esperanza y progreso.

Death Stranding 2: On the Beach es una experiencia que desafía las convenciones, un testimonio de la visión inquebrantable de Hideo Kojima. Si bien sus excentricidades y su estilo narrativo pueden no ser para todos, es innegable que esta secuela pule las asperezas del original, ofreciendo una experiencia de entrega de paquetes y acción sigilosa más fluida y gratificante. Su belleza visual y sonora, junto con sus profundas reflexiones sobre la conexión humana, la tecnología y el medio ambiente, lo consolidan como una obra maestra moderna. No es solo un juego; es un viaje introspectivo, un comentario social y un experimento en la narrativa interactiva que merece ser jugado y analizado a fondo.

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